El desarrollo de la guerra en Ucrania provocó un aumento del precio del gas natural que, a su vez, alimentó la subida de la luz en los hogares españoles. De esta manera, las facturas alcanzaron otro pico, el segundo más alto de la historia, con un coste de hasta 366 € por MWh.
El récord continúa siendo el del 23 de diciembre de 2021 con 384 € por MWh. Debido a que esta tendencia en alza del coste eléctrico se sostendrá, al menos a corto plazo, la instalación de una fachada ventilada aparece como una opción posible para aminorar el gasto en energía.
Las características de la fachada ventilada que favorecen el ahorro energético
Las fachadas ventiladas se incluyen dentro de los sistemas de cerramiento de edificios y casas que están catalogados como eficientes y sostenibles. Proporcionan un aislamiento perfecto del exterior que evita la pérdida de energía. También mejoran la capacidad acústica de los muros.
Una fachada ventilada se compone de cuatro elementos distintos. El muro de soporte es el cerramiento que cumple la función de anclaje para toda la fachada y, por lo general, está hecho de ladrillos cerámicos u hormigón. Sin embargo, cada vez más se están imponiendo los sistemas de cerramiento ligero.
A su vez, la cámara de aire es el espacio disponible entre el muro y la capa aislante. Su función es favorecer la ventilación mediante el efecto chimenea, que evita la condensación de la humedad.
El componente que se utiliza para lograr un mayor aislamiento térmico es la capa aislante que se proyecta sobre el muro. Es posible construirla con cerámica, HPL, piedra, composite… y resulta fundamental que los materiales sean de alta calidad para que la fachada ventilada sea eficiente. De esta manera, es posible paliar la subida de la factura de la luz.